El confinamiento por la pandemia del Coronavirus no es sencillo para nadie pero muchísimo menos para los jugadores extranjeros que juegan en el Palma Futsal. Ellos viven está complicada situación muy lejos de sus familiares aunque gracias a la tecnología pueden sentirse mucho más cerca de casa y tener contacto diario con ellos.
Es el caso de Diego Nunes, Joao, Tomaz, Allan, Mati Rosa y Nico Sarmiento que se encuentran en Palma aislados en sus respectivos hogares lejos de familiares más allá de los más directos que conviven con ellos en la isla. Todos ellos tratan de pasar los días de la mejor manera posible siempre en contacto con los suyos a través de las nuevas tecnologías y siendo muy conscientes de la situación que está viviendo todo el mundo debido a la pandemia del Coronavirus.
Apelan a la responsabilidad individual de todos para tratar de que esta situación se resuelva cuanto antes. En este sentido, Tomaz explica que “es una situación complicada que estamos pasando todos y es muy importante hacer la cuarentena correctamente para intentar controlar el Coronavirus” para tratar de regresar a la normalidad cuanto antes. Nico Sarmiento coincide con el de Fortaleza a la hora de remarcar la importancia de que todos los ciudadanos no salgan de sus respectivos hogares. “Para nadie es una situación sencilla porque nos estamos enfrentando a algo que demanda de mucha consciencia de cada uno y de entender de la importancia que tiene quedarnos en casa para poder ayudar a que esto se frene”, manifiesta el portero argentino del Palma Futsal.
Algunos de los jugadores aprovechan la situación para compartir más momentos con sus hijos y parejas. Es el caso de Diego Nunes que disfruta de la compañía de su mujer y del pequeño Lorenzo para amenizar los días. El brasileño reconoce que “es un poco aburrido pero tratamos de pasar el tiempo mirando películas” sin descuidar las obligaciones profesionales ya que la plantilla verde pistacho sigue un plan de trabajo físico para realizar mientras dure la cuarentena.
La situación de Nunes es muy similar a la de Tomaz que dentro de lo malo de la situación ahora puede estar “disfrutando más de la niña”. En cualquier caso, todos ellos están muy pendientes de sus familiares en sus respectivos países de origen y que están viviendo una situación muy similar a la que se vive en España.
Otro de los brasileños del Palma Futsal es Joao que también comparte estos días con su familia más cercana. “Mi familia y yo estamos bien, intentando mantener la calma, sabiendo que es solo el principio y que quedan muchos días por delante pero es momento de tener paciencia. Aunque tenemos mucho contacto con nuestros familiares, es un poco complicado estar lejos de Brasil porque ahí está empezando la epidemia y toca hacer las cosas que dice el Gobierno para intentar que no se propague todavía más la epidemia”, reconoce Joao. Tanto Brasil como Argentina están muy lejos de Mallorca pero gracias a la tecnología se está, a la vez, muy cerca.
Toda ayuda es buena para poder ver a padres, tíos, abuelos o amigos aunque sea a través de una pantalla y poder tranquilizarlos sobre la situación que viven los jugadores en casa como dice Tomaz: “Nos preocupa nuestra familia porque no podemos estar cerca de ellos y estos son los momentos en los que echamos de menos a nuestros padres y familiares pero con la facilidad que nos da Internet nos permite hacer vídeollamadas y conversaciones directamente. Esto nos tranquiliza a todos”.
Encerrados en casa, sin entrenar con el resto de compañeros, pero manteniendo el estado de forma gracias al trabajo diario que les envía el preparador físico del club, Joan Llompart, para no perder el tono físico. De forma más especial lo hacen jugadores como Mati Rosa o Allan que también aprovechan este tiempo para seguir con su planning de recuperación de sus respectivas lesiones.
El argentino lo vivo con tranquilidad a pesar de reconocer que “es una situación un poco rara que vivimos por primera vez” con la complicación añadida de estar “lejos de casa” aunque, matiza, que él “por suerte estoy con mi mujer y mi hermano que lo hacen pasar todo un poco más ameno”. Allan, por su parte, reconoce que “estoy bien” y que aprovecha el tiempo para “hacer los ejercicios que me da la fisioterapeuta para recuperarme de mi lesión desde casa”.
El único que está cerca de los suyos es Rafael Vilela que había aprovechado el parón en la competición para arreglar su documentación y que por tanto estaba en Brasil cuando se decretó el confinamiento y que cuenta su visión de la situación desde su país de origen: “Aquí en Brasil la situación sobre el coronavirus no es tan preocupante como en Europa, sin embargo tengo cuidado de aprovechar a mi familia en casa para evitar estar en la calle y exponerme al virus. Lo mejor que todos hacemos es cuidarnos y pensar en resolver la situación cuanto antes”.