Aspil-Jumpers Ribera Navarra recogió el Premio Fair Play AS del Deporte
"Fue todo muy rápido, pero no tuvimos dudas. Miré a mis jugadores y todos estuvimos de acuerdo. Nadie pensó en lo que nos estábamos jugando. Tenemos la suerte también de tener un público muy entendido que lo comprendió. Los rivales apenas protestaron. Después del gol, miré a Óscar Redondo, un rival al que había entrenado, y le hice un gesto como diciendo: 'Tranquilo, lo vamos a solucionar", recuerda en declaraciones a Diario AS José Lucas Mena, Pato (Alicante, 52 años), el técnico de este humilde equipo navarro que ha logrado a base de mucho esfuerzo un hueco en la élite del Fútbol Sala nacional.
Aquel gesto rápidamente se hizo viral como un ejemplo de deportividad. "Nunca pensamos en que nos daría publicidad ni que tendría tanto impacto. Salió en muchos medios y los rivales nos dieron las gracias públicamente. La verdad es que ese gesto nos define porque todo tiene que ver con la filosofía de este club", cuenta Pato, que lo razona. "Somos uno de los equipos con menos presupuesto, pero que está implicado con Tudela y quiere servir de escuela de fútbol sala. Tenemos unos 200 niños en categorías inferiores y todos son entrenados por los jugadores de la primera plantilla. Es una condición para fichar por este club, va en el contrato. Cada uno tiene que hacerse cargo y servir de ejemplo a uno de los equipos de la base. Todos esos niños van a los partidos y aquel día todos estaban en la grada. Por eso ese gesto también nos lo tomamos como otra parte más de la educación de esos chavales. Sus formadores no sólo les transmiten valores con la palabra sino también con los hechos. Siempre he querido dejar claro que no soy yo el responsable de aquello, sino que todos los jugadores, el club y el público formaron parte".
Lo asegura una persona que sabe de sobra los valores que este deporte transmite y que es una figura clave en la evolución de esta disciplina en España. Como jugador estuvo en clubes históricos como el Playas de Castellón o ElPozo. Fue internacional con España, llegando a jugar dos Mundiales y a ganar dos Eurocopas. "Mi familia, que se dedica a la venta ambulante, siempre me ayudó para que yo me pudiera dedicar a esto. Cuando me retiré, tuve que dejar el fútbol sala para ayudarles con el negocio y, cuando mis hermanos pudieron ayudar, yo quise volver como técnico", cuenta.
Entrenó a categorías inferiores y a equipos femeninos como el UCAM Murcia, antes de recalar en Manacor, donde fue parte importante del crecimiento y ascenso del club hasta lo que es hoy, el Palma, uno de los clubes referencia. Luego pasó al Ribera, donde lleva ocho años y es una institución. En todo ese tiempo ha vivido la evolución del fútbol sala y hace una reflexión: "Todo ha cambiado mucho. El juego, la táctica, la organización, el espectáculo... Pero no se puede perder la esencia. El buen trato con compañeros, rivales, aficionados... Eso nos debe definir".