Córdoba Patrimonio de la Humanidad se salva matemáticamente con una jornada de antelación
La temporada que viene, Córdoba Patrimonio de la Humanidad cumplirá un lustro en Primera División. La entidad dirigida por José García Román se consolida en la máxima categoría con una nueva permanencia. El objetivo lo tienen en la mano tras perder contra ElPozo Murcia Costa Cálida la pasada jornada, pero la derrota de Xota FS en Palma y el empate entre BeSoccer UMA Antequera y Real Betis Futsal les da la permanencia matemática. Ni siquiera una carambola, un cuádruple empate, mandaría a Segunda al conjunto califal.
Respiran tranquilos en Vista Alegre tras una temporada complicadísima. En 2019/20 quedaron 14º, pero no hubo descensos por la pandemia. En los dos últimos cursos batallaron para alcanzar la 13ª y la 11ª posición. Este año se hizo una inversión para que el equipo no pasara los mismos apuros. Llegó Fabio Alvira, un portero de primer nivel con experiencia en ElPozo Murcia y en Palma Futsal. También firmaron a Muhammad, un jugador tailandés con gran proyección, y al internacional argentino Lucas Bolo. Los tres han sido importantísimos para garantizar la permanencia del club. La cuarta incorporación, Pulinho, apenas ha tenido protagonismo por motivos personales que le obligaron a regresar a Brasil.
Córdoba Patrimonio jugó toda la temporada con el lastre de un mal inicio: no ganaron hasta la Jornada 6. Tras asomar la cabeza en ese tramo intermedio de la primera vuelta, vino el apagón: once partidos sin conocer la victoria, entre la Jornada 9 y la 20. Cayeron a posiciones de descenso a la par que Levante UD FS y la permanencia estaba más en duda que nunca. Por momentos, el equipo desprendía sensaciones positivas, mostraba armas para sacar resultados, pero los errores defensivos les condenaban. Llegaron a ser el equipo más goleado de Primera (ahora son el tercero que más encaja con 102 goles en contra). Solo les mantenía a flote el espectacular rendimiento de Alberto Saura: 22 goles en 24 partidos. El pívot de La Unión se ha reivindicado como un jugador letal en su tercera temporada. Sostuvo al equipo en los peores momentos, pero la verdadera mejoría se ha visto cuando el resto de la plantilla ha dado un paso al frente.
Cuatro victorias seguidas en casa valen una permanencia
Lucas Bolo, Pablo Del Moral, Alex Viana, Zequi, Lucas Perin o Miguelín tiraron del carro cuando Saura atravesó una sanción de cuatro partidos. A diez jornadas para el final, con el equipo en descenso, Josan González dio con la tecla. El técnico supo motivar a la plantilla y a la hinchada, el público se volcó en los partidos de casa y el equipo respondió, resurgió de sus cenizas con cuatro victorias seguidas ante su público. El triunfo contra Xota FS (3-1) lo cambió todo. Saura marcó dos goles en el último minuto. Rompieron la mala racha y en el siguiente partido en casa golearon a otro rival directo, Quesos El Hidalgo Manzanares (5-1). Cayeron contra Inter FS a domicilio, pero en el regreso a Vista Alegre apareció de nuevo la mejor versión de Córdoba Patrimonio. En los duelos directos, no fallaron: ganaron a Industrias Santa Coloma y a BeSoccer CD UMA Antequera en casa y hundieron a Levante UD FS a domicilio (4-6). Con esos 29 puntos, el trabajo estaba prácticamente hecho, a falta del sello.
Con el objetivo prácticamente alcanzado, el equipo se ha relajado en las últimas semanas. No consiguieron ganar a Ribera Navarra FS (2-4) y el sábado perdieron contra ElPozo Murcia (3-1). Pero la acumulación de enfrentamientos directos entre sus rivales provoca que no todos puedan darle caza. Hubo que tirar de calculadora tras acabar el partido en Murcia, pero las cuentas indican que Córdoba Patrimonio no puede bajar a Segunda. El trabajo de Josan González ha dado sus frutos, los goles de Alberto Saura han tenido premio y el apoyo de la afición cordobesista se ha traducido en victorias que sirven para celebrar una permanencia. El partido del próximo fin de semana, contra Viña Albali Valdepeñas, promete ser una fiesta en el Pabellón de Vista Alegre. El equipo y la afición se han ganado el derecho a una última jornada tranquila, celebrando la consecución del objetivo pase lo que pase sobre la cancha.