Iván Alegre, ala argentino del Real Betis Futsal B, nacido en Avellaneda, concretamente en Villa Corina, habla con LNFS.es para contarnos su infancia e inicios en el fútbol sala, su adaptación a España en la que está siendo su primera temporada y los objetivos, tanto colectivos como individuales, en lo que queda de curso.
El joven de 20 años de edad habla de sus orígenes, “crecí en Buenos Aires, en la localidad de Avellaneda, en un barrio llamado Villa Corina. Mi infancia siempre se trató de jugar al fútbol, desde los cuatro años iba a una plaza que había en frente de mi casa”. Desde los cuatro años de edad ya tenía la pelota pegada a sus pies, lo que hizo que empezase a jugar al fútbol sala con una temprana edad en uno de los equipos de su zona: “mis inicios en el fútbol sala fueron en un club de Avellaneda, el Club Secla, donde me formé en inferiores, me formé como profesional y sobre todo como persona. Ahí aprendí de lo que trata el fútbol sala”.
Tras dos temporadas en el primer equipo de Secla, el Real Betis Futsal B apostó por su contratación para la presente temporada, sabedor de la gran proyección que tiene el de Buenos Aires. No todo iba a ser de color de rosas para Iván, ya que “la adaptación a España me costó muchísimo por estar lejos de mi familia y que sea todo nuevo para mí”. Momentos difíciles que han hecho que el talentoso ala no haya podido mostrar aún todo su potencial en el filial bético, “es por eso que creo que aún sigo en el proceso de aprendizaje para llegar al nivel del fútbol sala español”. Aun así, el argentino se siente cada día más cómodo en el equipo y eso es gracias a sus compañeros que “desde que llegué me ayudaron en todo y les estoy muy agradecido, siempre me han ayudado y aconsejado cuando les necesitaba”.
El conjunto andaluz está cosechando una buena temporada en líneas generales, algo que el ala ya percibió desde el primer día: “desde que llegué al club veo al equipo muy bien, es un equipo de jóvenes donde hay una gran calidad técnica, ilusión y motivación”. Todos estos factores de los que habla el jugador argentino hacen que los béticos estén cada vez más cerca de conseguir su objetivo de la permanencia en Segunda División. Un objetivo colectivo que no dista demasiado del personal que se ha propuesto Iván, “mi objetivo personal para final de temporada es entrenar al máximo para lograr jugar más minutos y conseguir el objetivo de mantenernos en la categoría”.
Sabedor de la importancia de la salvación para continuar el curso que viene en la competición, está haciendo todo lo posible para ayudar a su equipo, consiguiendo su primer gol para los béticos en el último duelo que les enfrentó al Barça Atlètic. “Sentí mucha seguridad y felicidad por esforzarme y ayudar al equipo”, dice el ala bético que llega al final de temporada con una gran moral y confianza para cumplir lo que se ha propuesto.