¿Cómo está viviendo esta situación?
Estoy confinado con mi pareja, María, que está conmigo en Peñíscola. Ella es periodista y trabaja desde casa: teletrabajo. Yo también tengo que entrenar en el jardín de casa mientras dura el encierro. Estamos esperando un hijo para dentro de tres meses.
El tiempo pasa muy pronto... El ‘gato’ de la portería del entonces DKV ya va para 35 años...
Es cierto, ha pasado muy pronto. Ya llevo 16 años jugando en la máxima categoría. Echas la vista atrás y evocas momentos muy buenos. Recuerdo cuando nos quedamos campeones de España de juveniles con Chus San Miguel.
¿Cómo ve al Fútbol Emotion Zaragoza?
A siete jornadas del final de cualquier liga, la clasificación no miente. Y está en puestos de descenso...Cuenta con potencial para disfrutar de una clasificación mucho mejor. Tiene buenos jugadores. Pero cuando entras en una dinámica negativa, no es sencillo enderezar el rumbo. Espero que, con la experiencia de los jugadores, salgan adelante.
¿Un mensaje?
Lo que hablo todos los días con mi padre, Enrique, que está en Zaragoza, y con mi hermano, Borja, que está en Benasque: no podemos rendirnos, rendirse no es una opción, hay que tener esperanza, saldremos de esta pesadilla.