Un año más, el Palma Futsal afronta una temporada cargada de ilusión y con la sensación de haber hecho los deberes en el mercado estival, gracias a una excelsa gestión en la estructura del club y también en la dirección deportiva. Con las bajas de Quintela, Nico Sarmiento, Eloy Rojas, Pope, Catela y Ximbinha, el reto para mantener el alto nivel competitivo es mayúsculo. Un equipo que cada año ofrece un paso más para codearse con los grandes rivales de la Mejor Liga del Mundo.
El mejor ataque es una gran defensa. Ese es el lema que promulga Antonio Vadillo, pues si hay una característica singular en el Palma Futsal esa es la contundencia en labores defensivas. En la anterior campaña, el técnico gaditano construyó una muralla difícil de penetrar para sus contrincantes. Los datos avalan dicha efectividad, ya que el conjunto balear fue el que menos goles recibió durante la competición regular, con tan solo 38 tantos en contra. Mantienen su estructura defensiva con Barrón, Lolo, Tomaz, Hamza, Rafa López y Joao y todo su potencial ofensivo con Vilela, Nunes o Raúl Campos.
Uno de los grandes artífices del crecimiento del club sobre el 40x20 es su director deportivo, José Tirado. El mallorquín ha logrado reforzar la plantilla con los fichajes de Marlon, Fabio, el regreso del argentino Claudino y la recuperación de sus lesiones de Alan y el pívot argentino Mati Rosa, éste último jugará en calidad de cedido por el Barça, jugadores que han elevado el potencial de la escuadra insular. El Palma Futsal se ha ganado el respeto de sus rivales y la etiqueta de ser uno de los aspirantes a pelear por todos los títulos.