Primera División
Noia Portus Apostoli se lleva el derbi gallego ante Burela FS (3-2) y comprime la lucha por la permanencia

La contienda se abrió pronto. David Pazos aprovechó una mala entrega de Araya, en un error difícil de ver en un sólido CD Burela FS, para dar a placer el 1-0 a Pirata todavía en el 3’ de juego. La diana local no cambió los planes de ningún bando. Los blancos dominaban el cuero, con protagonismo de Peixe y sus incorporaciones al ataque, sin sufrir en exceso atrás, gracias a un alto nivel defensivo y empujados por una afición espectacular desde antes incluso del pitido inicial.
Pero el derbi se había reservado la mayor parte de su chicha para la segunda mitad. Se empezó a comprobar apenas unos segundos después de reiniciar el choque. Había avisado ya Burela, y en la siguiente no perdonó Rikelme a puerta vacía, en acción con cierto infortunio para los intereses locales. No tardó en responder el Portus Apostoli. Altamirano ejecutó un disparo que hizo cantar gol a medio pabellón. Y no fue para menos, ya que el balón se estrelló en los tres palos y botó sobre la línea de la meta de Kaluza.
Mientras algunos aún revisaban si había entrado el tiro del argentino (no entró), su compatriota Power Raggiati devolvía la ventaja al Noia. Con su característica energía, el cierre se lanzó al ataque, recibió de Garrincha y conectó un lanzamiento que, gracias al desvío de Alberto, confundió a Kaluza para terminar entre las mallas. Pero el partido ya se había abierto, quizás como pocos podían imaginar en la previa, y había alternativas en ambos fondos de la cancha. En una de esas, los de David Rial volvieron a nivelar el electrónico por medio de Pitero cuando corría aún el minuto 26, y tan solo uno más tarde Rikelme mandó el balón en la cruceta.
En los últimos diez minutos de partido se añadió un ingrediente fundamental: la quinta falta del Burela. Licencia para atacar con más libertad para un Portus Apostoli que dispuso en el 33’ de un tiro de diez metros que erró Pirata al lanzarlo demasiado por encima del marco de Kaluza. El portero polaco sí tuvo que emplearse a fondo en momentos posteriores, con remates peligrosos de Thierry y Rufino. En el otro lado, Pitero y, sobre todo, Isma desperdiciaban dos buenas oportunidades.
Se consumía el tiempo del reloj y el derbi parecía abocado a un nuevo 2-2, como el de la primera vuelta hace un par de meses. Y en un final similar, de nuevo Pirata emergió protagonista. Recibió de Pazos, hiló fino en el área y la cruzó a la red para olvidar el fallo anterior y, a un minuto y cuarenta segundos del final, desatar el éxtasis de centenares de gargantas que, tras la enorme defensa del portero-jugador introducido posteriormente por los bureleses, pudieron celebrar, a la épica, una victoria clave en la batalla por la permanencia.
