Primera División
Carlos Ortiz: "Quiero exigirme al cien por cien hasta el último día"
¿Cuándo y cómo tuviste claro que, ahora sí, había llegado el final?
Creo que no hay un momento exacto en el que pienses 'ahora sí, tengo claro que me quiero retirar'. Es un proceso. El año pasado tenía muy claro que quería seguir, que quería continuar jugando y que quería disfrutar otro curso más de Barcelona. Ahora ya sin la presión, sin la carga de partidos de selección, solo dedicándome exclusivamente al Barça y al equipo. Esta temporada he disfrutado mucho, pero es verdad que las pilas ya están en reserva y mi cabeza me ha dicho que ha llegado el momento de parar.
Desde el momento en el que tu cabeza te dijo que pararas, ¿has podido asimilar que estás viviendo tus últimos momentos en el fútbol sala? ¿Estás empezando a disfrutar de todo?
No ha llegado el momento, mi cabeza no ha hecho el clic de empezarse a despedir de todo. Siempre he sido muy exigente conmigo mismo. Sé que no me queda nada, pero quiero seguir dedicándome como lo he hecho toda mi vida. Quiero exigirme al 100% hasta el último día. Asimilarlo es otra cosa. Y sí, lo tengo asimilado. Pero no me paro a pensar si es mi última visita a tal pabellón o si es mi último enfrentamiento contra tal rival. Hay veces que pienso en todo lo que hemos ganado, en todo lo que hemos conseguido. Pero, generalmente, no. El día que me retire tendré tiempo de echar la vista atrás.
¿Qué le dirías al Ortiz de hace 20 años?
Esa es una gran pregunta. Yo le diría que se prepare, que le espera un gran y bonito viaje. Y le daría un consejo: que se exija al máximo, que va a valer mucho la pena.
¿Con qué te quedas de todo lo que has vivido?
Yo lo tengo claro: con la gente. Me quedo con las personas, con todas los que he conocido. Han sido muchos años de primer nivel, selección, grandes equipos, viajes… Eso es lo que me llevo y lo que más feliz me hace.
Sergio Lozano, por ejemplo, sin ir más lejos. ¿Qué ha significado él para ti?
Muchísimo. De hecho yo creo que no estaría hoy aquí si no fuese por él. Él hizo mucho por mi fichaje por el Barça. Ya éramos amigos, ya compartíamos muchas cosas juntos, pero él es uno de los artífices de que yo esté aquí hoy en Barcelona.
¿Y Jesús Velasco? ¿Cómo de importante ha sido para tu carrera?
No tengo palabras para Jesús. Han sido muchísimos años, de mucha confianza, de amistad, de oportunidades. Jesús me lo ha dado todo. Me ha hecho crecer mucho como jugador y he crecido con él también como persona.
Si tuvieras que destacar algo de lo que te ha enseñado Velasco a nivel deportivo, ¿qué crees que sería?
Es difícil. Lo que más admiro de Jesús es su talante, su paciencia, el no perder las formas casi nunca. Le he visto perder las formas muy pocas veces en toda su carrera y eso creo que como jugador también te lo llevas a tu terreno. Aunque el partido esté complicado, sean momentos difíciles o esté pasando algo, hay que tener los pies en el suelo y estar calmado. Y eso es muy importante, más allá, claro, de todo lo que me ha enseñado en cuanto a táctica y técnico, que es muchísimo.
Has dicho que te quedas con la gente. Pero en cuanto a lo deportivo, si te tuvieras que quedar con dos momentos, ¿qué escogerías?
Eso lo tengo más o menos claro, porque tengo dos partidos muy grabados en mi mente. Uno es la final del Europeo de Serbia de 2016, con la selección española, que fue espectacular para mí y encima tuve la suerte de ser el capitán. Y el otro es la final de Champions con Inter contra Sporting, que ganamos 7-0. Son dos partidos que los tengo muy marcados.
Imagino que la espinita es el Mundial…
Sí, esa no me la va a quitar nadie. No hay vuelta atrás. Son dos finales perdidas y las tuvimos muy cerquita. No terminó de salir y yo creo que eso me va a doler toda la vida.
¿Qué crees que pasó? Ahora que ha pasado el tiempo…
No hay que darle muchas más vueltas. El deporte es así, solo gana uno. Nosotros hicimos las cosas como teníamos que hacerlas y enfrente teníamos a selecciones muy buenas, como Brasil, que objetivamente era mejor que nosotros. De todas maneras, tuvimos nuestra oportunidad de haber sido campeones del mundo y, como te digo, eso no se va a olvidar.
La selección española ha sido tu casa y, tras 12 años, el Inter también. Pero ¿qué ha significado el Barça para ti?
Para mí ha sido la guinda perfecta a mi carrera. Creo que ya lo he dicho muchas veces. Estuve a punto de fichar por el Barça en varias ocasiones y siempre tuve esa espinita clavada. Es verdad que las cosas me salieron muy bien en Madrid, en la selección, pero para mí esto ha sido como un premio de despedida, dos años espectaculares. He conocido gente increíble, en una ciudad preciosa, y creo que es importante decirlo para quitar prejuicios que vienen de fuera. Todo lo que he vivido me lo llevo para mí.
Y tu mejor momento de azulgrana… ¿la Champions de Riga?
Sí. La Champions es el título por excelencia, es el más importante. No me esperaba volver a competir una Champions cuando me fui a París. No pensaba volver a tener la oportunidad de ganarla, pero pasó. Y en otros dos partidazos. Esa semifinal contra Benfica se recordará mucho tiempo, con una remontada en la segunda parte espectacular. Y luego tuvimos la final contra Sporting, donde nos salió todo genial. Fue brutal.
Tras años de éxitos, eres un referente para los jóvenes. ¿Qué consejo darías a los que están empezando a jugar al fútbol sala?
Yo siempre les digo lo mismo: que disfruten. Que no se marquen metas a muy largo plazo, que no piensen en ser profesionales, que simplemente se dediquen a pasárselo bien. Y que se exijan, por supuesto, para competir bien. Después, si las cosas tienen que venir, ya vendrán.
Y, por último. ¿Ahora qué?
Pues todavía no lo tengo 100% claro. Lo bueno es que tengo donde elegir. Creo que he hecho las cosas bien en la etapa antes de dejar de jugar y ahora, por suerte, tengo la posibilidad de elegir entre dos o tres cosas que me llaman la atención, que me motivan, y en donde creo que puedo aportar algo, que es mi principal objetivo a partir de ahora.