Los jugadores del Barça celebran un tanto en las Semifinales de Champions contra el SL Benfica
Los jugadores del Barça celebran un tanto en las Semifinales de Champions contra el SL Benfica
El gol de la remontada azulgrana en Riga se hizo esperar hasta el último minuto de la prórroga en una Semifinal cuya dificultad era extrema tras la primera mitad. Sin embargo, los de Jesús Velasco, aupados por el fulgurante regreso de Ferrao y Matheus, pusieron la directa hacia la remontada de un 3-0 que durante unos segundos fue realidad. Sin embargo, la alegría por el 3-4 de Dyego fue fugaz y Chishkala emplazó la eliminatoria al tiempo extra. El choque parecía condenado a los penaltis, pero Adolfo, sin tiempo para nada más, empujó el definitivo 4-5 que cita a los catalanes por segundo año consecutivo en la Final de la Champions, también con el Sporting CP enfrente.

Triunfo para la historia de un Barça que ha conseguido plantarse en su segunda Final consecutiva de la UEFA Futsal Champions League después de solventar su Semifinal frente al SL Benfica con una remontada épica. Con 3-0 al descanso tuvieron que afrontar los culés el segundo parcial de un periodo especialmente agitado, con idas y vueltas hacia ambas áreas. Un gol de Dyego a falta de dos minutos culminó el volteo con el 3-4 para los culés, aunque Chishkala pospuso la fiesta blaugrana con el 4-4 que dejó todo por decidir para la prórroga, en la que Adolfo se coronó como héroe azulgrana en los últimos segundos.

El Arena de Riga fue testigo de una Semifinal revolucionada desde que el balón echó a rodar. Dídac tuvo que salir al rescate desde los primeros segundos para librar al Barça de un tempranero gol en contra, pero después de dos atajadas de mucho mérito siguió siendo protagonista en el minuto 1 al protagonizar un penalti sobre Vinícius Rocha tras un ligero contacto. Tayebi no perdonó desde el punto fatídico y emplazó a los culés a ir a remolque desde los primeros compases.

La reacción de los de Jesús Velasco estuvo comandada por un Adolfo omnipresente en posiciones de ataque. De menos a más fue la incidencia azulgrana en un juego sumido en un correcalles, pero sus remates se vieron privados del gol ya fuera por la actuación de André Sousa o por un travesaño demasiado participativo. Estaba creciéndose el Barça en la eliminatoria, recuperando sensaciones con los retornos sobre la cancha de Ferrao o Matheus, pero un error de Coelho en la salida de balón puso aún más cuesta arriba su camino hacia la Final. Rocha robó la pelota y, tras una conducción límite sobre la línea de banda, culminó un 2-0 que generó un nuevo escenario para los catalanes.

Pese al resultado, el Barça estaba dejando grandes sensaciones combinando a ras de pista, aproximándose al gol con asiduidad, aunque sin la precisión suficiente. En las botas de Marcenio estuvo el 2-1 con el arquero lisboeta fuera de su sitio, pero su remate golpeó el poste y supuso el origen de un contragolpe cruel para los de Jesús Velasco. A la carrera, con todo a favor, Afonso Jesus cerró el primer tiempo con un contundente 3-0 que obligó a los azulgrana a buscar la hazaña tras el descanso.

Los minutos de interrupción sirvieron al Barça para reactivarse gracias a un Matheus que volvió con paso fuerte. El brasileño, recién salido de la enfermería, transformó el 3-1 en la primera jugada de la segunda mitad. La remontada se avistó más cerca con la inyección de adrenalina que supuso y el asedio catalán tomó forma en los compases decisivos. No obstante, las ansias de protagonismo de los postes frenó el empuje de un Barça que firmó ocasiones de todo tipo y, cuando pareció haber superado este cúmulo de infortunios, un ‘gol fantasma’ de Ferrao desató las quejas en el banquillo. Lamentó entonces el conjunto culé la inexistencia de videoarbitraje en esta Final Four, pero no quedó otra solución que seguir remando y probando suerte. Incluso Dídac, en esta tónica de empujar todos a una, se estrelló con la mismísima escuadra.

Comenzaba a ser desesperante tanto disparo sin premio, pero la llave del gol recayó en los pies de un Ferrao que también se reincorporó a la competición con un recursazo sacado de la chistera. La ‘pantera’ recibió la pelota de espaldas a portería, muy encimado por Nilson, y ante la imposibilidad de girarse, optó por un escorzo de tacón directo a la red que sorprendió a todos los presentes. El 3-2 se materializó a nueve minutos y puso patas arriba el choque, con un Benfica además mermado con cinco faltas ya en su haber en el segundo periodo. Por aquel entonces, el Barça ya estaba lanzado en la cresta de una ola que le llevó al empate en un minuto 35 que estuvo a punto de ser redondo. Dyego disparó en un enésimo intento y, tras tocar en Pito, el 3-3 fue real en un instante loco que puso haber supuesto el volteo completo. Los portugueses picaron y cometieron la sexta falta que llevó a Sergio Lozano al punto del doble penalti, pero el palo reapareció para negarle el tanto 300 de su carrera en el Barça, condicionado además por una salida de Sousa por encima de sus posibilidades que no apreciaron los colegiados.

El error, en una posición inmejorable, no mermó la progresión de un Barça que acabó estallando de júbilo tras otra acción maravillosa de Dyego. En su incontable caracoleo desde la banda zurda, el ‘7’ culé encontró el hueco que tanto tiempo había estado sondeando para establecer el 3-4 a menos de dos minutos para el final. Sin embargo, esta machada no bastó para tumbar a un Benfica que apuró para llevar el partido a la prórroga. A la desesperada y atacando en superioridad de 5 vs 4, Chishkala dio lugar a un apasionante 4-4 al término de los 40 minutos reglamentarios.

Los detalles gozaron de una relevancia superlativa sobre la pista en los diez minutos extra. Después de intervenciones cruciales de los guardametas, todo parecía emplazado a una tanda de penaltis que no llegó a suceder por la irrupción sorpresiva de Adolfo en la última jugada del encuentro. Suyo fue el 4-5 que, sobre la bocina, devolvió al Barça a la gran Final.


FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO