“Gracias al trabajo realizado estas semanas he mejorado para el día a día, pero cuando tengo que hacer un esfuerzo físico me molesta bastante”, reconoce el portero del Manzanares, que hasta el mismo día de la operación no sabrá si le quitan la parte del menisco afectada o se lo reconstruyen. En el primer escenario, con una pequeña rotura, la recuperación estimada oscila entre un mes y medio y dos meses. En el caso de que el traumatólogo tenga que reconstruir el menisco, el periodo de baja se extendería hasta los tres o cuatro meses.
“Es el mismo traumatólogo que ya me operó en su día y le he dicho que no mire ni una cosa ni otra, sino lo mejor para la rodilla, para volver a jugar sin molestias. Si es en dos meses y puedo llegar para ayudar a mis compañeros en el final de la temporada, perfecto, y si son cuatro meses, asumirlo y trabajar duro para llegar en buenas condiciones a la pretemporada”, afirma el portero madrileño, para el que ya falta un día menos para esperado regreso a las pistas.