Primera División
Industrias Santa Coloma: El fútbol sala que nos salvó. “Si no es por el club muchos hubieran acabado en prisión”
Publicada el 21/05/2021
“Santa Coloma es al fútbol sala lo que Badalona al baloncesto o Granollers al balonmano”. Son palabras de Vicenç García Grau (75 años), presidente y socio fundador del Industrias Santa Coloma, el club decano del fútbol sala español. No es un club dentro de una ciudad, sino una ciudad dentro de un club que le ha dotado de un carácter único, de barrio, de calle, sostenido por quien hace 46 años quiso formar un equipo que se convirtió en orgullo de su municipio más allá de lo deportivo.
Natural de Es Mercadal (Menorca), Vicenç llegó a Santa Coloma de Gramenet con apenas cinco años, como tantas familias que en los años cincuenta aterrizaron en la periferia de Barcelona para encontrar la oportunidad que el campo de entonces les negaba. Enamorado del deporte, en 1969 Vicenç reconvirtió el negocio de su padre en una fábrica de piezas metálicas. Para matar el gusanillo de su gran pasión ejercía de entrenador juvenil, faceta que tuvo que dejar para dedicarse de lleno al taller.
Sin embargo, le faltaba algo. “Entonces me enteré de los torneos Meiland. En 1975 monté el equipo de la fábrica y nos apuntamos”. Así nació un equipo de fútbol sala formado por sus compañeros y empleados con los que Vicenç jugaba feliz aunque, según el horario y muy a su pesar, en no pocas ocasiones se había perdido algún partido por tener que repartir piezas con la furgoneta a sus clientes o ir a buscar materia prima.
El equipo que creció al abrigo de su fábrica es hoy uno de los principales atractivos de una competición, la Primera División de fútbol sala, cuyo interés mediático no ha parado de crecer hasta convertirse en uno de los contenidos estrella de LaLigaSportsTV. Lo sabe bien Jaume Zorita, responsable de contenidos de la OTT de LaLiga: “Reúne algunos de los mejores jugadores y equipos del mundo. No solo hemos crecido en número de retransmisiones, las audiencias también se han duplicado”.
Un mercado de fichajes particular
Desde abajo, sin más pretensión que la de jugar a fútbol sala y aplacar la sed de quien no puede vivir sin ver o practicar deporte, el Industrias García -hoy Industrias Santa Coloma- empezó su ascenso, sostenido en el tiempo, pero imparable. Llegaron a tercera división. Fue el momento de dar un salto y lanzarse a un mercado de fichajes muy particular. “Empecé a contactar con jugadores de fútbol que jugaban en primera regional o tercera y les ofrecía un puesto en el equipo y trabajo en la empresa”, recuerda.
Aquellos jugadores venían del fútbol tierra y él mismo pasó a ser portero. Así fue cómo, casi sin darse cuenta, aquel equipo forjado entre piezas metálicas y matrices subió a la primera de honor en apenas unos años. Lo que empezó como una ‘pachanga entre compañeros del trabajo’ hoy es el equipo decano en España, Europa y prácticamente del mundo. “Solo unos meses nos separan del Peñarol de Montevideo”, apunta Vicenç García.
En Industrias García, la empresa, hoy sigue trabajando uno de los mejores jugadores de aquella época dorada, Rafael Durán ’Fali’, a quien Vicenç propuso, con 21 años, precisamente eso: jugar y trabajar. Fue el primer internacional de su historia. Tal es su significado para el club que fue el primer jugador de su historia al que se le retiró su camiseta con el dorsal número 6. Nadie más lo ha vuelto a vestir, siendo todo un referente dentro de la institución.
Una oportunidad para los chavales
‘Fali’ colgó la camiseta, pero sigue al pie del cañón en la empresa que le dio algo más que un trabajo en una ciudad en la que las oportunidades laborales eran un bien escaso. Una oferta que le llevó a escribir con su nombre una página en el club decano de España. Su adiós deportivo fue sellado con un partido homenaje muy especial que enfrentó al Industrias García contra una selección española que por aquel entonces dirigía Javier Lozano, hoy presidente de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS).
No fue el único reclutado por ‘partida doble’ en aquella época. José Luis Martínez trabajaba limpiando coches cerca de La Monumental. “Necesitamos un delantero. A ver si te vienes conmigo y te doy trabajo”, le dijo. Aceptó. Y el resto es historia del fútbol sala español aunque Vicenç es, en realidad, una gran historia en sí mismo: una más humana que deportiva. La que tejió en una ciudad dormitorio en la que, como alguna vez ha dicho, ‘se construían antes pisos que alcantarillas’.
Cuando se fundó el equipo, Santa Coloma de Gramenet no tenía todavía el rango de ciudad y protagonizaba noticias menos amables. “Hasta las Olimpiadas de 1992, Santa Coloma en los años 80 era una ciudad conflictiva y con muchos problemas. Yo quería hacer cosas para que Santa Coloma saliera en los medios pero en positivo”. Tuvo claro el quién: la juventud, los chavales. Y tuvo claro cómo: a través del deporte.
Jugar para no ‘perderse’
A partir del primer equipo, se creó el infantil, el cadete, el juvenil... En ese momento, “la idea era que los chavales que estaban en la calle dando vueltas, estuvieran en unas instalaciones deportivas practicando un deporte de forma controlada”, explica. Labor que sintetiza en una máxima que llevaron a un nuevo nivel: “primero formamos personas y después deportistas”. Son las categorías base las que más ilusionan a Vicenç, y de las que no se pierde un partido.
“Es nuestra satisfacción. El primer equipo existe para que los de abajo tengan ilusión y esperanza de llegar a jugar en él”, pone en valor el propio Vicenç. Una fórmula sencilla: los primeros sustentan a los segundos y estos ilusionan a los primeros. Así se forjó la cuna del fútbol sala, una en la que el mayor éxito era jugar y no ‘perderse’. La escuela fue un eje vertebrador en una ciudad ávida de guías que evitaran que sus jóvenes se ‘torcieran’.
Aquella herramienta social funcionó y creció. “Muchos chicos que yo he tenido en la selección me decían que si no es por el club hubieran acabado en la prisión de La Modelo”, explica Javier Lozano, presidente de la LNFS. Lozano fue jugador y entrenador -el seleccionador que consiguió los dos títulos Mundiales que tiene España y tres títulos Europeos- y conoce bien a Vicenç. “Ha creado un tejido que ya es la mejor cantera de España”, afirma.
Volver ‘a casa’
“Es un hombre muy querido y entrañable y en toda España es la referencia”, añade. “El Industrias Santa Coloma es una escuela de vida. A medida que conoces el club, ves que hay ideales vitales que compartes, valores con los que te identificas y admiras”, resume. No lo es por casualidad, sino por el hombre que hay detrás y que no ha dejado de remar delante. “Vicenç es el primero que llega a la fábrica y el último en salir. Vive para el trabajo y la familia y la familia es su club”, añade Lozano.
Una visión que comparte también su actual entrenador, Javi Rodríguez. Jugaba en el Sant Andreu, hasta que se topó con Vicenç en 1992. “Yo era un seguidor más. En aquella época era el referente en Cataluña y estar ahí era importante. Vicenç me dio la oportunidad”, recuerda. Hoy, como el hijo pródigo que regresa de nuevo a su hogar, es el actual técnico del Industrias Santa Coloma. Su objetivo: “recuperar la esencia y prestigio. Los resultados te pondrán en un sitio u otro, pero cuando la gente ve trabajo, está ahí”.
“Lo que hace especial al club es Vicente”, explica Rodríguez. “Cuando llegué los sueldos eran ajustados y era él quien nos compraba las botas. Como esa te puedo contar 50.000”, apunta Rodríguez. “Se ha volcado siempre con el fútbol sala y con la cantera. Ha dado la oportunidad a muchísima gente, a personas que han dejado de jugar los ha puesto a trabajar en su empresa. Eso no lo ha hecho nadie”, añade el técnico para describir al alma mater del Industrias Santa Coloma.
Presidente, empresario, trabajador, compañero, portero, aficionado, amigo. El pilar que todo lo sostiene. Hoy todos saben que el equipo que más ha cuidado la cantera es el Industrias Santa Coloma. No por moda, sino por determinación y necesidad. “Siempre hemos sido el equipo con la media de edad joven y uno de los tres que se mueve con presupuestos más ajustados”, valora Vicenç, motor de vida y valores de un equipo encumbrado a la categoría de institución decana.
Espectáculo sin tregua
El relato del Industrias Santa Coloma se enmarca dentro de la evolución que ha vivido el deporte en sí mismo. Por su dinamismo y su velocidad, el fútbol sala no da tregua al espectador. Una intensidad que se plasma fidedignamente en LaLigaSportsTV. “En pocos segundos pueden suceder muchas cosas y eso provoca que todo el personal implicado en una retransmisión (realizadores, cámaras, técnicos, narradores, comentaristas…) esté en permanente estado de alerta para no perder detalle de lo que acontece sobre el parqué y eso engancha al espectador”, observa Zorita.
Es su momento, algo que el presidente de la LNFS tenía claro desde el inicio. “Cuando llegamos le quisimos dar un barniz más profesional y lo que era un juego, convertirlo en un producto, en un espectáculo. Queríamos que el fútbol sala conectara con la gente”, explica Lozano. Lo consiguieron. El culmen fue en 2018 con la Copa de España celebrada en un Wizink lleno hasta la bandera. Hoy LaLigaSportsTV emite una media de cinco partidos por jornada, dos más que la temporada anterior, dejando atrás viejos clichés de un deporte que no da un respiro y sí muchas alegrías.