
Una igualdad tanto por los puestos de arriba como por los de abajo, que es donde se encuentra el Noia Portus Apostoli, en puestos de descenso a cinco puntos del Rivas Futsal fuera de la zona roja por eso Pizarro llega a Noia para “poder ayudar al equipo a conseguir el objetivo de la salvación y con ello afianzar al club en la Segunda División para poder seguir compitiendo en la LNFS”.
Pizarro llega siendo consciente de la complejidad de la situación de su nuevo equipo, “es un reto complicado”, pero está convencido de que “se puede conseguir y lucharemos por ello”. Y es que mientras de las cuentas hay esperanza. Con la llegada del nuevo cierre el equipo noiés ganará en “experiencia, competividad y trabajo que es lo que creo puedo aportar”.
