Durante once años, Joaquín trabajó incansablemente junto al presidente Aurelio Gómez Araujo, contribuyendo de manera decisiva al desarrollo y consolidación inicial de la Liga Nacional de Fútbol Sala.
En lo profesional, siempre atento, colaborativo y dispuesto a ayudar. Su dedicación, visión y compromiso con el fútbol sala dejaron una huella imborrable en nuestra historia y su legado perdurará en el corazón de todos los que forman parte de este deporte.
En este momento de profunda tristeza, todos los clubes de la Liga Nacional de Fútbol Sala y su presidente, Javier Lozano, desean transmitir sus más sinceras condolencias a su familia y allegados así como mandarles un enorme abrazo y toda la fuerza del mundo en estos difíciles momentos.
Descansa en paz, Joaquín.