Marcial Fernández es uno de los veteranos del Noia Portus Apostoli esta temporada. No por edad (33 años), sino por experiencia y campañas en la entidad noiesa. A sus espaldas, 11 temporadas portando la elástica del combinado gallego con el ‘10’ a la espalda. Un jugador carismático y muy querido por toda la parroquia noiesa.
Casi una vida deportiva en el mismo club, pero aún así Marci tiene la sensación de llevar tan sólo “una temporada en él” porque “cada día que vengo a entrenar tengo la sensación de que es mi primera semana en Noia. Tengo la misma ilusión que el primer día que llegué aquí”.

Al echar la vista atrás, al capitán noiés le cuesta asimilar ya no solo los años que lleva en el equipo sino “los 16 años que llevo jugando” porque “parece que llevo menos tiempo” y es que para un apasionado de este deporte como es él “no es algo que me pese; hay gente que con el transcurrir de los años dicen estar aburridos, pero yo, ahora mismo, me siento mejor que hace 5 años”.

Que tiene calidad en la pista no cabe duda y así lo resaltan algunos de sus compañeros como Carlos Cabo y Quique Caneda que coinciden a la hora de señalar “lo bueno que es en el uno para uno” y admiran su habilidad “para sacar algún recurso de sus pies”. Quique bromea con que es el “Ricardinho del Noia Portus Apostoli”.

Marci puede presumir de haber compartido banquillo con algunos de los grandes como “Alemao, Betao, Carlinhos, Ciço, César y Miguel, años que reconoce fueron muy “competitivos, de mucho aprendizaje, pero también muy complicados porque estaba jugando con los mejores, me atrevería a decir, del mundo y al lado de ellos siempre te sientes un poco inferior; eso sí, te da un aprendizaje diario. Yo siempre intenté aprender de ellos e incluso de copiar cosas.

En esa amplia mochila llena de experiencias en diferentes categorias, pistas y distintos clubes, son tantos los buenos y malos momentos que pueden caber, que a Marci le cuesta señalar aunque sólo sea uno. Y es curioso de que de los muchos y buenos que haya podido vivir en el club noiés, a parte de las ligas ganadas en Segunda B y los Play Off disputados, más que con el título se queda con “ver la grada llena animando ya desde el calentamiento, a mi familia saltando, y sentir que estás haciendo algo ya no sólo por el equipo sino por el pueblo”.

Y quizá sea ésta algunas de las razones por las que Marci no quiere colgar las zapatillas hasta “los 38- 40 años” pero para ello, sabe que tiene que cuidarse “sobre todo en la alimentación pues para estar al nivel de una Segunda División y seguir el ritmo de todas las sesiones de entreno o te alimentas bien y descansas o sino es imposible responder ante la exigencia de esta categoría”.