Primera División
Movistar Inter se impone a Noia Portus Apostoli (3-7) y sella su clasificación para la Copa de España
De los mejores momentos de su equipo en la temporada gozó el Agustín Mourís en el primer acto. Fluido con el balón e intenso sin él, los de David Palmas dispusieron de un montón de oportunidades. La más clara, de Power, cuyo disparo escupió sin piedad el palo. Y, en una historia que ya se repite hasta la saciedad, el perdón noiés lo aprovechó el rival. En una rápida transición interista a otra llegada peligrosa local, Raúl Gómez picó el cuero ante Schütt y, con colaboración del palo, convertió el 0-1.
Ante la amenaza de caer en fantasmas del pasado, emergió Peixe. El guardameta brasileño avisaba a los torrejoneros con sus disparos lejanos, y en uno de ellos anotó el empate, con la ayuda del desvío de Carlos Bartolomé. Apenas un minuto después, se sucedió el 2-1 de Pirata que desataba el éxtasis contenido de las gradas. El lucense colocaba así algo de justicia en el marcador, porque los blancos merecían en ese momento ya mucha mayor ventaja que la de un tanto con la que se marcharon a vestuarios tras marrar ante Jesús Herrero ocasiones de Fávero, Power, o, hasta en dos veces, Altamirano.
Todo lo bueno que había dejado el primer tiempo desapareció a partir del 3’ del segundo, con el empate de Raúl Gómez. La diana del internacional madrileño desató el acierto del conjunto de Alberto Riquer, que echó un jarro enorme de agua fría sobre los noieses consiguiendo tres goles más en los siguientes tres minutos para dibujar el 2-5.
A punto estuvo Pirata de sacar a los suyos del shock, pero su remate golpeó en la madera. Mientras Jesús Herrero evitaba que los blancos se reengancharan al marcador, un Movistar Inter crecido en ataque seguía haciendo daño. Primero en transición, con el 2-6 de Pablo en el 30’; y, después, convirtiendo una irrisoria sexta falta local en el 2-7 de Javi Mínguez desde el punto de diez metros.
Los últimos minutos volvieron a pertenecerle a un Noia que, aunque minado en lo físico, buscó con todo el corazón del mundo reducir diferencias. Solo Altamirano lo hizo, finalizando con contundencia una acción individual, a pesar de oportunidades clarísimas como las de Pirata, Montero o el propio Altamirano, en las que mucho tuvo que ver un omnipresente Jesús Herrero.
Tras un final de 2024 aciago, los noieses buscarán cambiar su suerte en un 2025 que está a la vuelta de la esquina, empezando por un mes de enero con importantes duelos para intentar salir de la última plaza con 2 puntos que ocupan tras 12 jornadas.