Óscar Vigo, entrenador de O Parrulo Ferrol.
Óscar Vigo, entrenador de O Parrulo Ferrol.
Óscar Vigo, entrenador de O Parrulo Ferrol, analizó el empate a tres contra el CD Leganés en el duelo disputado en A Malata.
Tras lo visto sobre la pista “hay que aplaudir a estos jugadores, que se reponen tras una derrota en la primera jornada ante un equipo de grandes futbolistas”. En la primera parte “estuvimos realmente bien, sobre el plan de partido que teníamos diseñado, con una defensa en veinte metros, con una defensa que se desenvuelve en las transiciones".

Si en los primeros veinte minutos “hubiéramos tenido una mayor finalización, hubiésemos tenido una renta mayor al descanso. En el segundo periodo “intentamos gestionar los minutos, al haber jugadores con mucha carga de minutos” y tras el empate “las sensaciones del gran trabajo realizado por los jugadores, parece que es un mal sabor de boca, nos empatan, pero es por la gran carga de minutos”, por lo que “había que aplaudir a estos jugadores, ya que son jóvenes y tienen talento, trabajando para competir ante cualquier equipo”

Una de las claves del partido es el gol que anotó Leganés nada más empezar el segundo tiempo y con el portero-jugador “no estuvimos bien en defensa, pero considero que estábamos condicionados por el cansancio y la acumulación de minutos".

Kevin Chis fue uno de los protagonistas del partido al anotar tres goles: "Ha dado un paso adelante, es uno de los capitanes del equipo, en los entrenamientos y en los partidos se ha vaciado, echándose al equipo, dando pasos grandísimos a nivel defensivo, que es algo que tenemos que mejorar para que siga creciendo como jugador.

Óscar Vigo reconocía que “tenemos que trabajar para alcanzar el plan de mejora que necesita el equipo”, donde hay que “mejorar en todas las situaciones”, con el punto positivo de que la “actitud de los jugadores es buenísima desde el primer día”, lo que hace que “semana a semana se vea la mejoría, trabajado en todos los aspectos del juego”, por lo que quería “felicitar a los jugadores, no solo por el partido, sino también por el trabajo realizado en las sesiones". El equipo es una familia porque los jugadores “mantienen una amistad fuera de las canchas, a nivel personal son muy buenos chicos y el grupo humano es de diez, siendo muy fácil trabajar con un grupo así".