Antonio Diz, jugador del Noia Portus Apostoli, celebra un gol
Antonio Diz, jugador del Noia Portus Apostoli, celebra un gol
En una emotiva rueda de prensa en el Agustín Mourís, el pívot de Lugo hizo pública su decisión de abandonar la práctica profesional del fútbol sala con efecto inmediato. Rodeado de todos sus compañeros, cuerpo técnico y directiva, el jugador de 28 años se mostró orgulloso de su carrera y ambicioso para afrontar “nuevos retos” en su vida.

“Un día especial para el club, para el fútbol sala gallego y sobre todo para él, que dedicó una gran parte de su vida a este deporte, desde que era muy pequeño, hasta los 28 años”. De esta forma comenzó Javier Barreiro, director general del Noia Portus Apostoli FS, una significativa rueda de prensa, la del anuncio oficial de la retirada de Antonio Diz como jugador de fútbol sala profesional.

La despedida de la élite tras más de una década

“Cuando tenía 5 o 6 años mis padres me llevaban al Municipal de Lugo a ver al Cafés Candelas y soñaba con algún día ser yo quien pudiera estar en esa pista. Durante los últimos doce años he cumplido muchos sueños que tenía aquel niño, y estas últimas semanas cada vez que veía en el Agustín Mourís a un niño animándonos, me daba cuenta de lo rápido que ha pasado el tiempo”, reflexionaba un Antonio Diz que, con la voz entrecortada, ejecutaba posteriormente las palabras que habían reunido en el Municipal Agustín Mourís a toda la directiva, cuerpo técnico y compañeros: “hoy dejo el deporte profesional”.

Un camino de más de una década por el que “me gustaría dar un mensaje de agradecimiento a toda esa gente que me ha ayudado a lo largo de todos esos años a disfrutar de la élite de ese deporte”, destacando a “todos los compañeros que he tenido durante todos estos años. Sois muchos, sería tremendamente injusto nombrar solo a alguno, porque me dejaría a mucha gente importante sin citar” y también “a los aficionados, es seguramente lo que más voy a echar de menos. Salir cada sábado y sentir el calor de la gente animándote es algo indescriptible, y haberlo vivido durante tantos años es un privilegio enorme”.

Después de repasar su carrera y sentirse orgulloso de jugar en Prone Lugo, Santiago Futsal y Segovia Futsal, se mostró agradecido a su última afición, la de Noia. “En solo dos años han conseguido que me enganchase a esta villa y sintiese el club como el que más. Siento que no hayamos podido conseguir el reto de dejar al club en Primera, pero estoy seguro que tarde o temprano ese será el lugar que este club ocupará, y espero poder estar en el Agustín Mourís para poder vivirlo con todos ellos, ya que desde hoy soy un aficionado más”, confesó el pívot.

Un camino corto pero con impacto en Noia

Dos años después de llegar a Noia y tomar “una de las decisiones más acertadas que he tomado en mi vida. Después del año de Segovia, seguramente el más duro de mi carrera, tanto el cuerpo técnico como la directiva apostaron por mí cuando más necesitaba un empujón”, y de donde se va como el segundo máximo goleador del club en Segunda y el respeto de todo un pueblo y un sentimento.

“Me voy con la conciencia tranquila de haber intentado dar lo mejor de mí, pero es difícil compaginar mi carrera laboral con la vida deportiva del más alto nivel, y si algo me han enseñado desde pequeño es que en la vida hay que ser honesto y dar el 100% allá donde estés”, asumía, “y ese es el único motivo por el que he trasladado al club la decisión difícil de no seguir en el fútbol sala profesional”.

“Quiero dar las gracias a todas y cada una de las personas que forman este club. Muchas gracias a Eva, Toniño, Sento, Canito, Severo, Javi y Marisa. Son gente única que se desvive porque estemos a gusto, gente sana, seria y cumplidora, que hacen del Noia PA un club especial. Quiero aprovechar para agradecer públicamente el trabajo que hacen por este deporte. Si alguien quiere saber como se ha de gestionar un proyecto deportivo desde la honestidad, la humildad y los valores propios del deporte en los que a mí me educaron, este es el ejemplo a seguir. Os echaré de menos, aunque sé que me llevo gente con la que podré contar toda mi vida”.

La familia, “los pilares” que sustentan la vida de Antonio
Para el final dejó a su familia, “los pilares sobre los que se construye mi vida. A mis amigos, a mis primos, a mis tíos, a mi pareja y su familia, a mis padres, a mi hermano, a mis abuelos…”.

Gracias a su pareja, “por ser la persona más fuerte que conozco”; a su abuela, “por no fallar nunca a un partido. Es la súper abuela, como dice Palmas, y es la que más ha intentado hacerme cambiar de opinión. Pero aún le queda la otra bala y yo lo iré a ver con ella. Ojalá mi abuelo estuviese hoy aquí, que sé que estará con lágrimas en los ojos, como cuando Álex o yo marcábamos un gol o ganábamos un partido importante”.

Gracias a sus padres, “me han dado una educación y unos valores de los que no puedo estar más orgulloso. Sois mi ejemplo a seguir”; y por último, gracias “a mi hermano. Él es el que más entiende todo lo que estoy viviendo. No solo es mi hermano, es mi mejor amigo y compartir vestuario con él en Lugo, Santiago y en el Mundial Universitario es una de las cosas que más orgullo me producen”.
“Quien me conoce sabe que esto no es un adiós, no sé vivir sin un balón en los pies. Simplemente es el momento de cambiar las prioridades en la vida, es momento de nuevos retos y sé que estoy preparado y que cuento con la gente a mi alrededor para luchar por ellos”.

Las últimas palabras en la rueda de prensa de un jugador y, sobre todo, una persona que deja honda huella en Noia y en el club. Estamos seguros de que tus pasos, aunque lejos de nosotros y del fútbol sala, serán firmes y acertados, y estaremos orgullosos de ti por siempre. ¡Muchas gracias por todo, Antonio!
El agradecimiento y reconocimiento del club

Barreiro definió al lucense como “un reflejo de compañerismo, de ser persona y de ayudar a los clubes en los que estuvo”, subrayando que, en el caso personal noiés, “lo que nos ha marcado no es solo lo que nos ha dado como jugador, que son muchas cosas. Aparte del fútbol sala hay más, y eso hay que valorarlo”.

“Nos sentimos unos afortunados de poder despedirlo hoy aquí como jugador profesional”, confesó el director general, quien también quiso “agradecerle desde el primer minuto su comportamiento ejemplar, su entrega, compromiso, saber estar… y sobre todo, ayudar en los momentos difíciles, que es donde realmente se ve a las personas”.

Uno de esos momentos difíciles fue la reciente eliminación del PlayOff de ascenso a Primera, sobre el que Javier Barreiro contó una anécdota con Antonio: “él lloraba por la situación, sabía que era su último partido también, y lo primero que me dijo cuando fui junto a él es <>. Yo ahora públicamente digo <>”.