Primera División
Quesos El Hidalgo Manzanares se impone por la mínima a Noia Portus Apostoli (4-3) en el inicio liguero

El partido no pudo empezar peor para los locales. A los nueve segundos, Altamirano filtró un pase para Ismael y el pívot superó a Antonio Navarro en su salida con un disparo pegado al palo. A raíz de este despiste defensivo, el cuadro quesero tomó el mando del choque y logró empatar con un penalti sobre Eloy que transformó el capitán Daniel. Palmas solicitó el SV, pero los árbitros confirmaron la pena máxima tras revisar las imágenes.
Diego Favero estuvo a punto de volver a adelantar a los gallegos, pero fueron los azulones los que golpearon otra vez en el 11. Álvaro, de tacón, culminó una jugada ensayada de córner, tras una sutil asistencia de Daniel. Lejos de venirse abajo, Noia subió una marcha más y tuvo la igualada en las zapatillas de Douglas. La pizarra, en este caso de Palmas, también fue protagonista del empate a dos con el que se llegó al descanso. Varsalona fue el autor del tanto, de bella factura, aprovechando la superioridad generada por la subida al ataque del portero Peixe.
Noia tuvo la primera gran ocasión de la segunda parte: Rubi recogió un rechace al borde del área, pero su chut salió desviado. En el 26, el cuadro azulón se volvió a adelantar en el marcador. Eloy, que firmó un gran encuentro, disparó y Álvaro, otra vez, puso el tacón para sorprender al meta y poner el 3-2. Poco lo duró la alegría a la parroquia local. Dos minutos después, Douglas, tras una espectacular jugada individual, batió a Antonio Navarro con un fuerte y ajustado disparo que dio en el palo antes de besar las redes. El brasileño fue uno de los más destacados en el bando coruñés.
En ese mismo minuto, en el 31, Juan Emilio firmó el 4-3 definitivo. Eloy se zafó de su par con un estético regate, chutó a portería y el pívot de Gádor metió la puntera de la zapatilla en boca de gol para ajusticiar a Schütt. David Palmas situó a Leozin de portero-jugador a falta de poco más de tres minutos, pero la defensa manchega y un soberbio Antonio Navarro repelieron todos los ataques gallegos.
