La vida deportiva hasta la fecha de Ferreyra respira Racing Club de Avellaneda. En 2011 ingresó a las inferiores de fútbol del club blanquiazul, y a partir de 2014 empezó a combinar con el Fútbol Sala. Tres años más tarde, todavía con 16, realizó su debut con el primer equipo, nada más y nada menos que en un “clásico” ante el vecino de la ciudad, Independiente.
Para aquel momento, Marcos aún seguía practicando fútbol, como jugador, y Fútbol Sala, como portero. El llevar a cabo esta práctica le permitió seguir mejorando tanto con el balón en los pies en el verde, sobre todo en su potente y fina zurda, como atajando bajo palos los intentos de los rivales en el 40x20.
En 2018, ante la oportunidad de disputar los Juegos Olímpicos de Juventud junto al noiés Power Raggiati, entre otros, tomó la decisión definitiva de apostar por el Fútbol Sala. No pudo ir a los Juegos por lesión, pero siguió presente en la Sub-20 de la selección argentina, con la que ya se había estrenado en 2016. El pasado mes de junio formó parte de los entrenamientos de la absoluta en su preparación para el Mundial.
Esta temporada, en la que firmó esas extraordinarias estadísticas reflejadas al inicio, alcanzó con su Racing Club la final de la Copa de Oro, que perdieron ante Barracas Central, y las semifinales del PlayOff de la Liga de Primera División, cayendo ante Boca Juniors.