El filial bético cumplió con creces en su temporada de debut en Segunda División, consumando su objetivo de la permanencia tras una segunda vuelta para enmarcar. No obstante, los jóvenes talentos del equipo apenas tuvieron tiempo para celebraciones y, a la conclusión del curso regular en la categoría, tuvieron que redoblar esfuerzos para concretar también la salvación del primer equipo en Primera y evitar así una doble caída por cuestiones reglamentarias.
El Real Betis Futsal ‘B’ se presentó sorprendiendo al público de la Segunda División con una prometedora puesta en escena que se tradujo en un primer 6-3 favorable en su debut frente al Full Energía Zaragoza. Amate quiso erigirse en un fortín desde el inicio y allí reunieron los béticos sus mayores alegrías al comienzo de curso. Sin embargo, los resultados lejos de casa no acompañaron del mismo modo y, tras sufrir ante el Atlético Benavente FS su primera derrota como local en la Jornada 7 (el 17 de octubre), el equipo se vio inmerso en una espiral de reveses de la que fue complicado salir. Desde entonces, solo un triunfo en el duelo de filiales de la Jornada 11 ante el Visit Calvià Hidrobal fue la excepción en mitad de un cúmulo de derrotas que se trasladó hasta diciembre.
Coqueteando entonces con los puestos de descenso a Segunda B, las joyas béticas se tomaron un respiro encadenando seis puntos consecutivos justo antes de Navidades. Aun así, enero recuperó los fantasmas del pasado con una dinámica de cuatro derrotas consecutivas que obligó a su entrenador, David Zamorano, a renunciar a su cargo de entrenador a mitad de temporada. Esta responsabilidad recayó en manos de Ramón Martínez, el gran héroe del Real Betis Futsal en 2022 y que emprendió su milagro desde el filial. Tres triunfos consecutivos dieron otro aire a los canteranos, que vieron al fin el camino a seguir para no pasar apuros en el tramo final de temporada.
Deseosos de instalarse en la zona media de la clasificación de Segunda, los jóvenes talentos béticos alternaron luces y sombras desde febrero. Al mismo tiempo, sus efectivos más destacados se vieron también involucrados en el reto de la permanencia del primer equipo, que se complicó sobremanera en estas mismas fechas. Mientras los Povea, Juanan, Guido y compañía comenzaban a desplegar sus primeros destellos en la élite, el filial veía cada vez más cerca su objetivo matemático de la salvación. El logro acabó demorándose hasta la penúltima cita del ejercicio regular, y es que la llave de la permanencia la tuvo su viaje a Alcalá de Henares, donde sumaron tres puntos con un valor extra incalculable.
Un mes bajo la incertidumbre del primer equipo
Se ratificó en la cancha el Real Betis Futsal ‘B’ como equipo digno de formar parte de la Segunda División, pero su mérito no se sintió seguro hasta un mes más tarde. Un posible descenso de su primer equipo hubiese propiciado un fatal efecto dominó para la familia sevillana, pero los dos equipos sortearon la caída sobre la bocina. Pese a, por puntuación, haber asegurado su permanencia el 30 de abril, el Betis ‘B’ no tuvo su continuidad 100% asegurada hasta que sus ‘mayores’, con varios canteranos metidos de lleno en el vestuario en el mes definitivo, se reafirmaron como equipo de Primera ya en la sonada Jornada 30 de Liga regular del 4 de junio. La victoria del Real Betis Futsal sobre el Manzanares FS Quesos El Hidalgo en la élite cambió por completo el rumbo del primer plantel andaluz, pero también el de su filial, que ha enfilado el verano con el entusiasmo de enfilar la segunda campaña de su historia en la categoría de plata.