“Ya era hora de que se supiera por donde tirar. Sigue habiendo muchos interrogantes, pero estamos contentos por la resolución. Estábamos últimos, pero me quedo con que teníamos la fortaleza de seguir muy enteros, metidos en la pelea”, señaló Juanma Marrube sobre la decisión de dar por finalizada la temporada. “Me encuentro bien dentro de esta normalidad. He aprovechado para estar mucho con los pequeñajos, que en estos tres últimos años como entrenador del Pescados Rubén Burela les había robado mucho tiempo”, añadió.
Sobre su llegada al banquillo del Pescados Rubén Burela en 2017, confesó que: “Estaba en el club en otras facetas. El descenso fue una oportunidad para mí y para algunos jugadores. Pudimos crecer, tuvimos la oportunidad de plasmar una filosofía para el club”. Sobre sus referentes como entrenador, admitió que: “Soy bastante independiente, no tengo grandes referentes, aunque admiro a muchos y trato de coger retales y cositas de ellos. Quizá en quien más me he fijado es en Juanlu porque me entrenó en el Azkar y en el Burela, y luego estuve en su cuerpo técnico”.
En cuanto al uso del portero-jugador declaró que: “Me gusta utilizarlo ganando y no perdiendo, que es más difícil gestionarlo por la presión. Cuando usas el portero-jugador para remontar en los últimos minutos, el porcentaje de veces que dan la vuelta al marcador es muy pequeño. Por eso le buscamos otra utilidad que nos ayude dentro del reglamento, para cambiar dinámicas o poner calma”.
Sobre Edu y Matamoros dijo que: “A Edu cuando me puse a entrenarlo le dije que no puedo enseñarle nada más de técnica de portero, pero quiero que intervenga más con los pies. Los porteros tienen que crecer más en el juego y encerrarse menos en el específico porque también pueden ser clave en el juego. Matamoros es determinante por la versatilidad que nos da en el pívot”.