Aquella apuesta que nació para un plan a largo plazo se convirtió, sin pretenderlo, en todo un éxito pues en 2014 el Levante UD desembarcaba en Primera División. Al mismo tiempo que la entidad azulgrana se estabilizó económicamente para remontar, la sección de fútbol sala se consolidó disfrutando de una partida presupuestaria que le dio equilibrio y músculo financiero para, al menos, echar raíces en Primera.
“Cuando el equipo asciende es el Levante quien da un paso adelante con todas las responsabilidades que conlleva. Hace plantillas moderadas con un modesto presupuesto -actualmente el sexto por la cola en una Liga de 16 equipos- y según ha ido evolucionando el club y saneado su situación es cuando hemos despegado un poco más. Son esas cosas que uno no sabe cómo han sucedido. Sabes que has trabajado mucho y tienes la recompensa de llegar a Primera. Si analizas por qué no sabes explicarlo, aunque hemos ido salvando la categoría con mucho esfuerzo”, comentaba Manolo Bueno, director general del Levante UD FS, en unas declaraciones para los medios oficiales del club.
La hoja de ruta del club para afianzarse en la máxima categoría era meridianamente clara. Se centró, primordialmente, en nutrirse de la cantera, dar cancha a las muchas escuelas de la provincia de Valencia pero, sobre todo, en contar con jugadores consolidados del panorama nacional, además de sondear el mercado con un equipo técnico muy limitado. Aprovechar, en definitiva, las ofertas. Negociar muy bien y captar jugadores al precio más adecuado. Otro reto superado a la vista de los resultados.
“No es fácil sacar gente de abajo. Nosotros heredamos jugadores valencianos que habían estado en diferentes equipos de Primera y Segunda. Conformamos una plantilla muy valenciana. El éxito de este club es la seriedad con la que siempre hemos tratado absolutamente todo y estar al día del mercado con un estudio y seguimiento del mismo dentro de nuestras limitaciones. Parece fácil, pero es lo que te permite hacer una plantilla de una manera u otra. Sabes que corres un riesgo pero también puedes estar cerca del éxito”, añadía Manolo Bueno.
El objetivo deportivo del Levante UD pasa, año tras año, por seguir progresando en una competición donde se mide a trasatlánticos de la talla de Barça, Movistar Inter y ElPozo Murcia Costa Cálida. “Luchamos por conservar la categoría y progresar, generando más masa social; que se nos conozca más. Aspiramos a que el Levante UD pueda ser un referente en Valencia donde hay tantas escuelas. Que la gente pueda ver a jugadores profesionales, esa era una de las bases por las que Quico Catalán accedió a este término”, explicaba el responsable del Levante UD FS.
Hace unos años era una quimera que el Levante UD fuera abanderado del fútbol sala valenciano, pero hoy es el espejo donde se miran centenares de niños. El equipo cuenta con una cantera integrada por cerca de 450 chavales. “Ahora puedes pasearte una tarde por la Gran Vía Marqués del Turia y ves a muchos niños de Dominicos, que es la base del equipo, o a jugadores de Maristas (juvenil y filial), vestidos con el chándal del Levante UD. Esos colores están ahí presentes”, subraya Bueno.
“Los jugadores profesionales tienen un compromiso con el escudo más allá del salario”, explica. Porque más que el talento de muchos jugadores que han estado, están y estarán, todos tienen como denominador común el sentimiento de pertenencia del que hacen gala los componentes de esta entidad más que centenaria: “Se sienten parte importante del club”, remarca.
En este marco de crecimiento, de cara a la próxima temporada la planificación deportiva está siendo ambiciosa. La llegada de Fede, Rivillos, Roger, Araça, Rafa Usín y Esteban, permite a los granotas dar un paso hacia adelante en la búsqueda de ese progreso del que habla Manolo Bueno.